ESTRUCTURA CORPORAL - 1ra PARTE

19.05.2012 10:06

 

ESTRUCTURA CORPORAL

 

1° Parte: La estructura inferior

Por Monica Graciela Iznardo

( Instructora de Yoga y Maestra de Reiki – responsable de la filial local –Resistencia centro- yogamonica@arnet.com.ar )

 

Desbloqueo y armonización de los pies :

Este artículo surge de la necesidad de que las personas entiendan que es lo que constituye un ejercicio estructural adecuado y que técnicas satisfacen las necesidades mecánicas, sean cuales fueran sus capacidades individuales.

Las investigaciones demuestran que aquellos individuos que se hallan estructuralmente en mejor forma son capaces de soportar la fatiga durante períodos mas largo, están preparados para tolerar la tensión física, son mentalmente mas despiertos y sufren menos tensión nerviosa, son emocionalmente mas equilibrados, menos propensos a las lesiones, menos susceptibles a las enfermedades y se sienten físicamente mas seguros.

 

Desde el nacimiento, la estructura humana se ve sometida a caídas, golpes, tirones, torceduras, tensiones, fatigas, vicios posturales, traumas psicoemocionales y toda clase de estímulos. Debido a ello casi todas las personas presentan asimetrías, desequilibrios y deformaciones estructurales y los síntomas varían individualmente: poca vitalidad, dolor de espalda, tensión persistente, malestar, etc. Síntomas que pueden señalar que el cuerpo está tenso, mal equilibrado y sometido a un esfuerzo mecánico.

La prevención y el tratamiento constituyen lo que se denomina aptitud estructural.

 

Cuando el cuerpo esta “liberado y equilibrado, puede considerarse estructural y mecánicamente en forma 

 

 

Una buena mecánica corporal no significativo de un cuerpo esbelto, con fuerza neuromuscular, resistencia cardiorrespiratoria, energía y esqueleto robusto, sino que las ventajas están en tener un cuerpo cuyas articulaciones estén libres y equilibradas cuyos músculos trabajen armónicamente, como una unidad que funciona con mínimo de tensiones en todas las situaciones.

La aptitud estructural requiere tres condiciones:

  1. Los espacios articulares deben sufrir una compresión mínima en condiciones normales, es decir, el cuerpo debe tener la capacidad de estirarse completamente.
  2. Todas las articulaciones deben disponer de su plena amplitud natural del movimiento.
  3. Las tensiones musculares naturales en torno de toda articulación deben estar más o menos compensadas a fin de mantener centrado su peso.

Si despojamos al esqueleto de todos los  músculos, ligamentos y tejido blandos, dejando nada más que los huesos, estos encajarían perfectamente. El cuerpo esta naturalmente y mecánicamente diseñado para auto ajustarse con el mínimo de tensión, rozamiento y resistencia entre sus partes. Son los músculos los que lo deforman, inhiben y agarrotan.  

 

 

LOS PIES:

No existe probablemente otra parte de la estructura humana que haya sufrido tanto abuso y mal uso como los pies, ni que se haya visto tan subestimada su influencia sobre todo el organismo, por eso nuestros pies se ven sometidos a toda clase de prácticas que los inhiben y coartan. Incluso las personas mas preocupadas por su salud suelen dejar mucho que desear; encerramos nuestros pies en zapatos con frecuencia inadecuados.

Los pies tienen dos funciones: sostener el resto del cuerpo y actuar como amortiguadores. Un pie rígido constituye un mal soporte y un amortiguador todavía peor.

 Cada pie tiene 26 huesos y 32 articulaciones, es decir que nos sostenemos, caminamos y corremos sobre 64 articulaciones. Todas ellas en conjunto aseguran una diversidad de movimientos de torsión que nos permiten adaptarnos a las superficies irregulares o girar bruscamente mientras corremos. La estabilidad y la elasticidad dependen de los tres arcos de cada pie: un arco interno, mas conocido, un arco interno poco conocido por que la apariencia del pie en esta parte es muy plana y un arco que cruza la parte delantera del pie. Estos arcos están estabilizados por músculos muy fuertes y demasiados grandes para tener cabida en los propios pies, que actúan desde la parte inferior de la pierna (músculos de la espinilla y la pantorrilla) a través de potentes tendones que se extienden hasta el pie. La función amortiguadora de los arcos es fundamental para la flexibilidad y el rebote del paso. Cualquier circunstancia que aplane, exagere o altere estos arcos puede perjudicar gravemente la mecánica del cuerpo en su conjunto.

 

 

Pies Planos: Todos nacemos con pies planos .Los arcos comienzan a formarse poco después del nacimiento, al principio por el movimiento prensil que todos los bebés hacen con los pies, y luego mediante el trabajo muscular de las piernas al gatear, ponerse de pie y andar. Si no se forman los arcos, tenemos un caso de pie plano congénito. La mayoría de los pies planos responden  bien al ejercicio y en general  no se siente ningún dolor ni  molestias  en los pies tirando a plano, sino que la tensión tiende a acumularse mas arriba: en las rodillas, la pelvis, en la región lumbar y la columna en su conjunto. A la larga  esto perturba el bienestar general y la libertad de movimiento, desgasta la energía vital y puede provocar fatiga y otros síntomas.

Pies cavos : Los arcos demasiado altos y exagerados se presentan con frecuencia, pero no tanto como los pies planos. Generalmente se trata de pies muy rígidos, cosa que puede dar lugar a dolorosas artritis entre los huesos del pie. El pie cavo también tiene repercusiones en las partes superiores de la estructura y provoca tensiones estructurales y fatigas.

Pies vueltos hacia afuera: Esto significa que ambos pies apuntan hacia el exterior. No es lo mismo que cuando ambos dedos gordos giran hacia afuera, que por lo general se relaciona con los pies planos y arcos caídos. Los pies vueltos hacia afuera son bastante corrientes entre bailarines debido a su entrenamiento, pero la mayoría de la gente presenta esta característica, en mayor o menor medida, cuando esta de pie y son muy pocos los que automáticamente caminan con ambos pies paralelos. Con los pies crónicamente vueltos hacia afuera se altera el movimiento de tobillos y rodillas hacia adelante y atrás. Estas articulaciones se vuelven rígidas, cambiando así la línea de fuerza a través de las caderas que tienden a cerrarse y anquilosando las articulaciones de la parte posterior de la pelvis, además de imponer un esfuerzo a la región lumbar.

Los pies vueltos hacia afuera cierran las articulaciones pélvicas y provocan tensión en la parte inferior de la espalda. 

 

 

Pies vueltos hacia adentro  Es el caso inverso al anterior, también aquí se alteran las fuerzas de las caderas, con lo que se distienden exageradamente las articulaciones pélvicas y se someten a tensión en la región lumbar.

Los dedos de los pies: Los dedos perfectos son muy infrecuentes, y casi todo el mundo presenta alguna rigidez o deformidad en los dedos de los pies. Unos dedos rígidos y agarrotados no solo afectan el equilibrio estructural general, sino que mantienen atrapada una energía que estaría mejor circulando por el cuerpo.

Las perturbaciones estructurales de los huesos de los dedos de los pies afectan la capacidad del pie para amortiguar choques, soportar el peso y ajustarse eficazmente a las superficies irregulares que a su vez desencadenar tensiones en toda la estructura. Asimismo, los problemas de otras partes del cuerpo pueden afectar a los pies. Los desequilibrios de los pies suelen presentarse por desequilibrios de los músculos de la parte inferior de las piernas y es tan probable que un desequilibrio de la cadera refleje en los pies como a la inversa .

 

LIBERAR LOS PIES

El conjunto de estas técnicas contribuyen a liberar los pies y tratar todos sus desequilibrios habituales

  • Pies 1:

Desde  la posición suelta de pie (PSP), separe los dedos de  los pies tanto como pueda. Es importante, sobre todo, cultivar la capacidad de separar el dedo gordo del siguiente. Esto exige cierta práctica, pero el tiempo debería conseguir una separación amplia y regular. Practique al menos durante  6 respiraciones, sintiendo la fuerza de los pies hacia el suelo cuando exhale.    

 

 

  • Pies 2 :

Desde la PSP , separe los dedos y levántelos todo lo que pueda manteniendo la almohadilla del pie bien apoyada en el suelo. Esto eleva los arcos.

Practique durante 6 respiraciones, exhalando hacia abajo a través de los talones y almohadillas del pie.

  • Pies 3:

Desde la PSP , coloque una toalla enrollada debajo de los pies, mantenido los talones en el suelo .Sujete firmemente la toalla, doblando los dedos. Practique durante un mínimo de 6 respiraciones, exhalando siempre a través de los talones.

 

 

  • Pies 4:

Desde la PSP, apoye un talón sobre el muslo opuesto a la mayor altura posible. En el caso necesario apoye una mano en la pared para mantener el equilibrio (nivel 1). Separe los dedos del pie que está en el suelo y exhale a través de los talones. Sienta el trabajo del pie. Practique un mínimo de 6  respiraciones y cambie de lado. Cuando le resulte fácil conservar el equilibrio, pruebe el nivel 2 y luego el nivel 3, manteniendo los hombros sueltos y la sensación de que el sacro desciende hacia el talón del pie que esta en el suelo.  

 

  • Pies 5:

 Póngase en cuclillas con los pies separados unos cuantos centímetros, apoyándose en una mesa o pared para mantener el equilibrio y levante los talones tanto como pueda, flexionando las articulaciones entre la plante del pie y los dedos.

Practique durante 6 respiraciones, elevando y proyectando los talones y las rodillas en la dirección de las flechas.

 

  • Pies 6:

Siéntese entre ambos pies y haga rodar las pantorrillas hacia afuera con ayuda de las manos. Los dedos gordos de los pies, a su espalda, deben apuntar el uno hacia el otro. Deje que la pelvis se hunda hacia el suelo y procure tener una sensación de pesadez al exhalar. Utilice un almohadón para aliviar las posibles molestias iniciales. Practique al menos de 8 a 12  respiraciones, manteniendo los hombros muy relajados y el cuello estirado.

 

  • Pies 7:

 Sentado con la espalda contra la red, refuerza ambos pies consecutivamente en un movimiento como de “escurrir”, bajando a lo largo de toda su extensión. Luego, tire de cada uno de los dedos hacia atrás y adelante. Puede trabajar en cada pie durante unos cuantos minutos. No tema exagerar el trabajo con estas técnicas.

 

  • Pies 8

Sentado en el suelo separe y extienda con fuerza los dedos de los pies. Practique durante un mínimo de 6 respiraciones .

Es posible que en este ejercicio le duelan un poco los pies, eso significa que están actuando los músculos necesarios. 

 

  • Pies 9:

 Otra persona puede masajear la planta de los pies con los talones. Se trata de una técnica muy eficaz para aflojar todas las articulaciones del pie. Para su comodidad, trabaje sobre una manta .La persona que da el masaje va frotándole los talones, que se ejecutan una especie de mini paseo sobre la planta del que esta tendido. Naturalmente, la presión debe ser proporcional a la tolerancia de cada individuo. Un minuto o dos para cada pie son suficientes.

 

  • Pies 10:

 También pueden retorcerse uno al otro los pies, doblando los dedos y tirando de ellos. Es importante sujetar bien el pie con una mano mientras con la otra se retuerce la zona adyacente. En todas estas técnicas a realizar entre dos, no olvide graduar su esfuerzo para que se adapte a la tolerancia de la otra persona. Deténgase si le hace daño.

 

 

  • Pies 11:

En la PSP , separe nuevamente los dedos y sienta la diferencia general que nota en los pies en comparación con el primer ejercicio.

 

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Texto extraído del libro ,GUIA PARA MEJORAR LA ESTRUCTURA CORPORAL

 de John L. Stirk , ed. Urano. Pag.41 a 49.

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